“Caminar ante la presencia de Dios de modo irreprensible”. En su homilía
de la Misa de este 24 de mayo en Casa Santa Martha, el Papa Francisco
afirmó que esto quiere decir “moverse hacia la santidad”. Un empeño que
ciertamente tiene necesidad de un corazón que sepa esperar con coraje,
ponerse en discusión y abrirse “con sencillez” a la gracia de Dios. “La
santidad no se compra. Ni la ganan las mejores fuerzas humanas. No, la
santidad sencilla de todos los cristianos, la nuestra, aquella que
debemos hacer todos los días – afirmó el Papa – es un camino que se
puede hacer sólo si lo sostienen cuatro elementos imprescindibles, a
saber: valor, esperanza, gracia y conversión”.
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