¿Cómo evangelizar en la cultura de hoy?

Monseñor Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral, en su introducción al tema 'la transmisión de la fe en la cultura de hoy', rescató un pasaje de la reciente encíclica Lumen Fidei al iniciar la jornada:

“(…) La fe en el hijo de Dios hecho hombre, en Jesús de Nazareth, no nos separa de la realidad sino que nos permite captar su significado profundo, descubrir cuánto ama Dios a este mundo y cómo lo orienta incesantemente hacia sí, y esto lleva al cristiano a comprometerse, a vivir con mayor intensidad todavía el camino sobre la tierra”.


Una apertura evangelizadora


“La palabra cultura tiene muchas significaciones”, dijo el padre Fernando Montes sj, en una alocución cargada de anécdotas y disquisiciones intimistas. “Un caballito al nacer, tiene por su ADN todos los elementos necesario para enfrentar la vida, reproducirse y morir”, sostuvo. Por el contrario, “el ser humano nace con un tremendo vacío, necesita que la sociedad le haga un regalo, le de lenguaje, le de valores, lo ponga de pie y le enseñe a caminar, bueno, eso es la cultura, y es delicado cuando hay un cambio de época, porque la cultura se resquebraja. ¿Cómo creemos, en una cultura en que los valores son cuestionados? A eso quiero responder”.


En este sentido, explicó que “el primero a ser evangelizado soy yo, eso lo siento una y otra vez”. “Yo creo que la Iglesia ha tenido un cambio de situación”, dijo, pues mientras antes se le pedía “ser misericordiosa”, ahora es ella la que “pide misericordia”. “Tal vez eso nos hace capaces de entender mejor el evangelio”, agregó.


Luego tuvo palabras de agradecimiento para su madre, “una mama campesina, simple como el aire y transparente como el agua. Esa mujer me enseñó a amar, me enseñó quién era Dios, tomó mi mano y me hizo la señal de la cruz, me enseñó a respetar a los pobres”. En esa misma línea explicó que hay dos tipos de fe, una compuesta por los contenidos, por el catecismo, “pero lo que salva no son los contenidos”, sino que la otra fe, “la actitud radical de confianza, de apertura a Dios, al don del Señor que me hace entender la palabra”, dijo y agregó que “no hay oposición entre la actitud y los contenidos, pero la catequesis, nuestra transmisión de la fe descuida –y en eso los pobres nos pueden enseñar –, esa actitud del niño que confía, del ser humano que sabe que no puede vivir si no le cree a los otros”.


“Hoy día hay una globalización que nos obliga a asumir distintas culturas”, dijo finalmente. “Si hay un desafío del evangelizador es el detectar los signos de los tiempos. Nos toca vivir un tiempo apasionante, estamos fundando un país y tenemos que renovar la Iglesia”.


Una Iglesia en constante conversión


La voz del Arzobispo de Santiago quebró el silencio del Salón Fresno, en el Centro de Extensión de la UC. “Quisiera expresarles un saludo fraterno y la gratitud hacia la Vicaría General de Pastoral por haber dedicado sabiduría de corazón y de mente para realizar esta Semana Teológico Pastoral, y también un agradecimiento hacia todos ustedes que están participando con responsabilidad y cariño en esta instancia formativa de nuestra Iglesia”.


El documento conclusivo de Aparecida, expresó, resume la tarea de la Iglesia en este tiempo, la tarea de siempre, pero encarnada en la cultura de hoy, con el lenguaje propio de la cultura de actual: “La gran novedad que la Iglesia anuncia al mundo es que Jesucristo, el hijo de Dios hecho hombre, la palabra y la vida, vino al mundo para hacernos partícipes de la naturaleza divina, a participarnos su propia vida en la vida trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es la vida eterna, su misión –la de la Iglesia– es manifestar el inmenso amor del Padre, que quiere que seamos hijos suyos. El anuncio del crisma invita a tomar conciencia de ese amor vivificador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado. Esto es lo primero que debemos anunciar y también escuchar, porque la gracia tiene el primado absoluto en la vida cristiana y en toda la actividad evangelizadora de la Iglesia. Por la gracias de Dios soy lo que soy”.


El Pastor de Santiago aseguró que, para transmitir la fe en el mundo de hoy “necesitamos escuchar las demandas de nuestros hermanos, sobre todo de los que están más lejos”, pues la Iglesia “vive la comunión no ensimismada” sino “inserta en el dinamismo” de los hombres y mujeres contemporáneas.


Luego realizó una reflexión. Mientras la persona de alma nómade da vueltas sin horizonte definido, el verdadero peregrino “ha descubierto en su corazón una esperanza”, poniéndose en camino “para que llegue a ser una realidad”. En este camino, explicó, “se encuentra con su propia fragilidad”. “La misión de la Iglesia en este tiempo se debe parecer a la del peregrino. No podemos contentarnos con repetir siempre las mismas cosas”. Si la manera de vivir de la gente ha cambiado tanto en el último tiempo, dijo el Arzobispo, “estamos llamados a ser una Iglesia Santa” pero “necesitada constantemente de conversión”.


“Para vivir la comunión al interior de la Iglesia –dijo–, que nos refuerza en la comunión con la trinidad y al mismo tiempo nos empuja a vivir al comunión extrovertida en un verdadero camino de comunión, de aprecio de los dones de cada uno, creo que es necesario que en primer lugar como nos dice Aparecida, cada uno de nosotros, con humildad, con sencillez y también con mucha confianza, se pueda poner delante del Señor y ver en qué cosa puede modificar su estilo de vida cristiana para que sea más evangélica, de qué manera puede colaborar para acrecentar la comunión”.


Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago

www.iglesiadesantiago.cl



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