Monseñor Gustavo, obispo de San Antonio Texas, Estados Unidos; Monseñor Michel Santier, obispo de Créteil, Francia; y más de 60 sacerdotes de países como Escocia, Brasil, Polonia, Italia, Venezuela, Canadá y Chile, encabezados por el padre Francisco Llanca, Vicario de la Esperanza Joven, concelebraron la eucaristía multicultural que fue presidida por monseñor Gregorio Paixao, obispo de Petrópolis.
El evento diocesano estuvo marcado por los cantos y bailes, que fueron animados por una banda católica. La batería, el bajo y la guitarra eléctrica no dieron tregua a los jóvenes, quienes a pesar de hablar distintos idiomas se comunicaban con las miradas y abrazos, reconociéndose hermanos hijos del mismo Padre.
Silvana Suazo (15) de Coyhaique, cubierta con la bandera de nuestro país leyó la primera lectura en la misa. “Estaba muy nerviosa, pero feliz”, comentó la joven que nunca olvidará su paso por el país carioca.
Vale la pena transformar al mundo por amor
En su homilía, monseñor Paixao invitó a los jóvenes a ser testigos del amor de Dios: “El peregrino es aquel capaz de ir a otros lugares y penetrar las culturas con el lenguaje universal del amor”, dijo el obispo, y agregó: “Nosotros debemos iluminar con la luz de Jesucristo, quien nos dice que seamos santos como Él”
Toda la algarabía de los jóvenes se convirtió en un silencio sepulcral y respetuoso cuando monseñor Paixao, usando una pedagogía profunda y cercana, reflexionaba, buscando los rostros de los peregrinos, sobre el rol de ellos en el mundo actual: “Pueden llevar el corazón de Jesús a través de la alegría de ser joven. En esta JMJ podemos demostrar que vale la pena ser cristiano, que vale la pena transformar al mundo por amor”.
Al término de su catequesis, el obispo de Petrópolis, dio un mensaje personal a los jóvenes peregrinos, “Que esta jornada sea el comienzo de un gran proyecto de vida para ustedes, porque Dios los ha llamado para que sean parte de la gran transformación del planeta”.
Después de la comunión, el padre Francisco Llanca, dirigió unas palabras de agradecimiento a monseñor Paixao. Entregó un saludo de monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, y llamó a dos jóvenes chilenos para que hicieran entrega de la réplica de la Virgen del Carmen Peregrina a nombre de la delegación oficial. “Ha sido una gran bendición poder representar a todos los chilenos”, comentó Katherine Rozas (22) de Rancagua.
Al finalizar la misa monseñor Paixao entregó la bendición en varios idiomas, “Que Dios los bendiga y recuerden que en Brasil tienen una casa, y esa casa es Petrópolis”, haciendo estallar en gritos a los jóvenes de todos los países.
Fuente: Prensa Jornada Mundial de la Juventud Chile
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