Era la inauguración de la Semana Teológico Pastoral 2013, este lunes en el Salón Fresno del Centro de Extensión UC, y tras la oración inicial, monseñor Gallardo esgrimió las palabras del Papa Francisco en la reciente encíclica Lumen Fidei: “La fe se transmite, por así decirlo por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos”, dijo.
No obstante, la fe no puede ser descontextualizada, explicó, no puede extirparse del la época y el lugar en que se ha de vivir. En este sentido, antes de presentar a Roberto Méndez, expositor de la jornada, citó nuevamente la encíclica: “La transmisión de la fe, que brilla para todos los hombres, en todo lugar, pasa también por las coordenadas temporales, de generación en generación. Puesto que la fe nace de un encuentro que se produce en la historia e ilumina el camino a lo largo del tiempo, tiene necesidad de transmitirse a través de los siglos”.
De este modo, el director de Adimark realizó una presentación en torno a la realidad de la Iglesia y la fe a la luz de los cambios culturales que experimenta el país. “Los últimos 25 años”, sostuvo el encuestador, fueron “el más largo período de bonanza en la historia del país”. Por ello, “la percepción sobre la marcha de la economía es la mejor en décadas”, agregó.
Crisis de confianza
Sin embargo, a partir de 2011 ha venido a instalarse “una grieta en el clima social”, una serie de crisis entre las que mencionó la ocasionada por los estudiantes, el lucro, los abusos empresariales y el caso Karadima.
“Es una extraña sincronía”, dijo sobre los conflictos que a su modo de ver, repercutieron en una “profunda desconfianza en las instituciones”. A estos eventos habría que agregar, explicó Méndez, el derrumbe en la confianza estadística: la encuesta Casen, el Censo, el IPC. El resultado: desconfianza en el parlamento, los partidos políticos, los medios de comunicación, las empresas, el modelo económico y, asimismo, la Iglesia.
Desde este punto de vista, expuso, si bien Chile sigue siendo uno de los países más religiosos del mundo (89% cree “sin duda” en Dios), la desconfianza está llevando a “la vivencia de una fe individual, sin intermediarios”. Para ilustrar este punto exhibió algunas cifras: Un 64% de católicos cree que se puede vivir la fe sin pertenecer a ninguna iglesia, solo un 53% de católicos cree que la Iglesia Católica es una institución animada por el Espíritu Santo, y apenas un 41% cree que el Papa es infalible en materias de fe.
Además, explicó, “la institución de la familia se debilita”, pues cada vez hay menos matrimonios, más divorcios, menos hijos dentro del matrimonio y, lentamente, mayor aquiescencia a legislar sobre el aborto. Es decir, evidentes “señales de distanciamiento de la enseñanza tradicional de la Iglesia”, dijo. Sin embargo, afirmó, “la percepción de los sacerdotes es buena en cuanto a preparación, cercanía y espíritu de servicio”.
“El desafío de la nueva evangelización”, entonces, es “transmitir la fe en un entorno de creciente desconfianza, individualismo y secularismo”, concluyó el director de Adimark.
Luego de una ronda de preguntas en que Roberto Méndez abogó por una mayor inclusión de la visión de la Iglesia en temas como educación, política y medio ambiente, fue el turno del panel con la misión de reaccionar a la exposición desde la experiencia pastoral, compuesto por el padre Andrés Moro, vicario de Pastoral Social y de los Trabajadores, el padre Moisés Atisha, de la parroquia La Ascensión del Señor (Pudahuel), Mariana Cintolesi, directora pastoral de educación superior de la Vicaría para la Educación, y Karen Cerda, joven representante de la parroquia Nuestra Señora de los Pobres (Huechuraba).
“Yo creo que hay un legítimo sentimiento de la gente que se siente estafada”, dijo Mariana Cintolesi sobre la crisis de confianza en las instituciones.
“La economía es un servicio, una forma de entender la realidad –dijo el padre Andrés Moro–, pero no puede ser la única mirada. Han pasado 30 años desde la política del chorreo, y a algunos les va muy bien, pero a muchos les va mal y eso produce un profundo malestar”.
“Tenemos que aprender a vivir con transparencia para generar confianza”, agregó. “La fe se fortalece en la medida en que construimos relaciones profundamente humanas y profundamente divinas”.
“Ciertamente –concluyó monseñor Héctor Gallardo–, nos vamos con tarea para la casa”.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Publicar un comentario