Fue acompañado por sacerdotes, diáconos y fieles venidos de las comunidades de Laja donde fue vicario, Mulchén donde fue párroco, la capilla Villa Todos los Santos y de toda la diócesis se hicieron presentes para saludar a su sacerdote.
El padre Alberto Berden Luyck nació en Lieja, Bélgica y ordenado un domingo 7 de Julio de 1963 junto con otros 35 diáconos.
En su sermón contó de sus inicios del amor a Dios y de su vocación de servir a El, siendo muy pequeño, a los cinco años, fue acólito de su parroquia y que proviene de una familia muy católica, sus padres participaban activamente de los movimientos de la parroquia, su madre era de misa diaria, porque vivía muy cerca de la parroquia.
Junto con él se ordenaron 35 diáconos, que es el mismo número de sacerdotes que hay en estos momentos en nuestra diócesis,
Una vez ordenado sacerdote, lo nombraron vicario de la parroquia de Lieja, tenía entonces 24 años. En ese entonces aparece el obispo Alejandro Duran, quien le invita a participar de esta diócesis, y como en Bélgica habían muchos sacerdotes que exportaban a todo el mundo, fue así como llego a ésta.
Aquí fue vicario 2 años en Laja y 11 años párroco de Mulchen. Desde 1983 es párroco de la parroquia Buen Pastor de Los Ángeles.
Pidió que no lo saludaran ni lo felicitaran sino que agradecieron a Dios porque el sacerdocio es un regalo que se recibe no bien merecido y como dice el evangelio, “el Señor nos eligió”.
“La fidelidad en el sacerdocio es importante, recalca, hay que ser fiel al compromiso y fiel finalmente al Señor”.
Al concluir la eucaristía llegó a saludarlo el obispo diocesano monseñor Felipe Bacarreza quién haciendo alusión al Evangelio leído ese día, “estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo” señaló que el nombre de Alberto Berden está ya escrito en el cielo. Y que su ejemplo sirva para que otros lo sigan “el padre Alberto entregó su vida lejos de su patria y lejos de su familia, es de los que puso la mano en arado y no miro más para atrás ni para ningún lado, en esto se asemeja mucho a Jesucristo quien dejó la gloria celestial, dejó a su padre, se encarnó y murió en la Cruz por nosotros, y el padre Alberto siguiendo su ejemplo también, dejó todo para servir a esta diócesis y estar con ustedes”, concluyo el obispo.
Fuente: Comunicaciones Los Ángeles
Publicar un comentario