Italia
ROMA- La última noticia de la Canonización de la Madre Teresa de Calcuta y de los dos próximos Santos del Continente de la Esperanza, el Cura Brochero y el niño “Joselito”, Mártir, trae consigo un potencial aumento de las peregrinaciones y la devoción que confluyen hasta El Vaticano en pleno Año de la Misericordia.
De hecho, el número de personas que van a la Confesión en la Basílica de San Pedro ha aumentado en los primeros meses del Año Jubilar.
Sin embargo, los fieles de idioma inglés han disminuido, debido a la amenaza del terrorismo, según informó en una entrevista el Rector del Equipo los Confesores de dicha Patriarcal Basílica.
El Fraile Franciscano Rocco Rizzo, guía de los confesores, dijo a L’Osservatore Romano que desde diciembre hasta finales de febrero ha confesado personalmente a alrededor de 2,000 personas en San Pedro.
En la edición del 10 de marzo del periódico vaticano, Rizzo explica que para atender a los peregrinos de todo el mundo, “a los catorce confesores estables del Colegio en El Vaticano se unieron otros treinta”.
Se trata de un pequeño ejército de Hermanos Menores Conventuales de varias nacionalidades.
Hay personas que no se confiesan desde la Primera Comunión o el Matrimonio, y en el caso de las personas venidas de fuera de Italia, algunos no conocen los Sacramentos y se acercan sólo por curiosidad. También ellos son atendidos por los Misioneros de la Misericordia con una sonrisa y mucha paciencia, como ha pedido el Papa.
“Algunos (penitentes) vienen para confesarse después de treinta o cuarenta años de que no lo hacían”, reveló el Religioso.
Entre los pecados que vuelven a la memoria después de tanto tiempo, está el del aborto que, asegura: “Es una herida abierta que no se cierra. Aunque hayan confesado el pecado, quieren volver a confesarlo” (ALETEIA).
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