Por Jaime Septién |
La Nochebuena de 2001, Sor María Angélica de la Anunciación, en el mundo Rita Rizzo, sufrió un derrame cerebral que la dejó sin conocimiento hasta la Pascua de Resurrección de 2016. Su obra estaba hecha: la cadena de televisión católica más grande del mundo: EWTN.
En 2004 fui el Monasterio donde estuvo recluida 14 años y medio. Me impresionó el sitio: un bosque helado (era invierno), en los linderos del Estado de Alabama con el de Georgia, en pleno “cinturón bíblico”. Un monasterio y un santuario dedicado a Nuestra Señora en medio de un entorno protestante evangélico, ¿era una utopía?
Nada de eso. La Madre Angélica vivió de utopías. Con 250 dólares y un garaje, no se le ocurrió otra cosa que fundar la cadena de televisión católica más grande del mundo. En Birmingham, Alabama. Hoy los números de EWTN son asombrosos: llega a 144 países del mundo, a casi 260 millones de tele hogares.
Fui también a la sede de Radio Católica Mundial, a 20 kilómetros al sur de Birmingham. Un cerro en la mitad de la nada. Se llegaba (o se llega) por una brecha. ¿Por qué aquí? Porque Madre Angélica había sido avisada –dicen—por un ángel de que ése era el lugar adecuado para una emisora de onda corta. Todos estaban dudosos. Los ingenieros más. Instalaron el equipo. Hicieron pruebas. De inmediato comenzaron a recibir reportes de audiencia en lugares tan remotos como la Antártida. Probaron la razón: el suelo de ese cerro tiene una contextura especial que hace que las ondas radiales se propaguen mejor que en ninguno otro.
EWTN, por orden de Madre Angélica, vive de donaciones. Y cada mes comienza de cero. Su fe era tremenda. Su carácter duro. Su corazón inmenso. Algo tramará en el cielo.
Para mis amigos John Elson, Pablo Pilco, Pepe Alonso, Jorge y Ana Graña
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