Lo que debes saber antes de casarte

Querida Lupita:

Recibí mi anillo de compromiso hace cinco meses y nos casaremos dentro de un año más. Tengo ilusión y miedo a la vez, pues mis amigas han ido divorciándose antes de dos años de matrimonio. ¡Tres de cinco!.
¿Cómo estar segura de que va a irnos bien?. Si no soy feliz, ¿debo permanecer para siempre a su lado?. No estoy segura de si debo casarme por la Iglesia. Por favor, oriéntame.

Ma. del Rosario B.

Chayito:
Uno de los mejores frutos que ha dado el reciente Sínodo de las Familias es el acento que quiere poner la Iglesia en la formación que debe impartirse a los jóvenes antes de casarse.
Por ningún motivo eviten una buena preparación para la vida conyugal. Existen cursos y talleres de formación para novios, que han de aprovechar al máximo. No me refiero solamente a los cursos pre-matrimoniales, que son muy útiles, pero a veces demasiado breves, sino a una preparación remota, que les lleve, al menos, un año de discernimiento.
En este breve espacio quiero presentarte cinco verdades sobre el matrimonio, que debes digerir para saber si lo tuyo es vocación real para amar en pareja hasta el último día de tu vida:
1.- El matrimonio no se trata de tu propia felicidad. No te casas para que te hagan feliz, sino porque deseas, con todo tu corazón, hacer feliz a tu futuro cónyuge. Esta unión es un camino de santificación, no un cuento de hadas. Habrá dificultades y siempre tendrás la actitud de resolverlas en el amor, cediendo y procurando el bien objetivo de quien amas. Te entregarás a un amor exclusivo y fiel, poniendo los medios necesarios para lograr estos ideales.
2.- Es para siempre. En salud y enfermedad, en prosperidad y adversidad. Harás una promesa frente a Dios y a los hombres: “Te querré fielmente hasta el último día de mi vida”. El ser humano es el único que puede comprometerse porque no hace depender sus decisiones de los sentimientos, sino de sus convicciones. Es un compromiso hecho desde la libertad, y requerirá de fuerza de voluntad. Ayudará mucho el tener formación constante, por ejemplo perteneciendo a un grupo de la Pastoral Familiar.
3.- Es para servir. En pareja experimentarás la alegría de dar. Te casas para servir y no para ser servido. Procurarás detalles de cuidado y ayuda para tu pareja, venciendo tu propio cansancio. Tu vida de soltera acaba, y el matrimonio ahora es tu prioridad. No busco MI realización, sino alimentar NUESTRO proyecto de vida.
4.- Se abre el cónyuge a la vida, sin miedo y con responsabilidad. Una finalidad inherente al matrimonio es la fundación de una Familia. Cerrarse a la vida atenta directamente contra este fin y desvirtúa el verdadero sentido del amor conyugal. Traerán hijos al mundo de manera responsable, y decididos a amarlos entrañablemente.
5.- En el matrimonio debe existir el perdón. Vendrán los malos entendidos, los momentos difíciles en el desarrollo emocional de cada uno, y esto les dará la oportunidad de amarse más, comprendiéndose y perdonándose.
Los investigadores de la vida matrimonial afirman que existen numerosas ventajas en las personas que se casan con el anhelo sincero de hacer feliz a su pareja. Es una de las mejores plataformas para la realización personal. Hay plenitud de vida en quien quiere donarse a los demás, y qué mejor que donarse a la propia Familia, la que fue fundada en un amor real y que cuenta con la bendición de Dios, que les asistirá siempre.

comprometidos

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