CRACOVIA, 25 Jul. 16 (ACI).- Nestor Rivera es un joven mexicano de 21 años proveniente de Ciudad Juárez, ubicada en el estado mexicano de Chihuahua. Ha traído a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Cracovia una tela con la imagen de la Virgen de Guadalupe que significa mucho para él porque a través de ella, cuenta, se enamoró de Dios.
“El manto fue el regalo de una persona que me acercó a la Iglesia y que a través de ella (de la Virgen) me enamoré plenamente de Dios".
El regalo se lo dio su coordinador del grupo juvenil, Santos Arteaga, quien compró la imagen en la Basílica de Guadalupe. "La tengo conmigo hace cinco años y me la quise traer a Cracovia en representación de mi país y de la diócesis de Ciudad Juárez”, dijo el joven a ACI Prensa.
Néstor pertenece a una delegación de cerca de 19 jóvenes que han llegado a la JMJ con él. “Estamos muy contentos de estar aquí”, comentó.
Ciudad Juárez está ubicada en la frontera con Estados Unidos y es una de las urbes más peligrosas de México. El Papa Francisco la visitó en febrero de este año y celebró una Misa cerca de la frontera.
Néstor comentó que no pudo asistir al evento porque estaba realizando un trabajo pastoral en otro lugar.
Para él la visita del Santo Padre significó “una gran bendición. Desde que el Papa Francisco fue nuestra frontera ha cambiado. Hay menos violencia y más convivencia”.
Ahora en Cracovia el joven ha llevado su imagen de la Virgen de Guadalupe al Santuario de la Divina Misericordia. Para él esa fue una grata experiencia “porque soy muy devoto de la Divina Misericordia y de Santa Faustina”.
“Entonces fue un mar de lágrimas ahí. Estar en el convento donde estuvo Sor Faustina y donde está la primera imagen de la Divina Misericordia fue muy bonito”, afirmó.
“Hemos venido a empaparnos de la misericordia de Dios para llevarla a los demás jóvenes. Espero tener un encuentro profundo con Dios, enamorarnos más de Él de lo que ya estamos y conocer demasiadas personas con el mismo objetivo del amor por Dios”, expresó Rivera.
Néstor comentó que desde hace dos años y medio él y sus amigos realizaron actividades como vender galletas, paletas y otras cosas para poder pagar su viaje a Cracovia.
“Todos le echamos un chorro de ganas para poder venir”, relató.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 25 de julio de 2016
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