En su página web, el Hogar de Cristo señaló que son una Federación que “agrupa a los Centros Barriales” y tiene como finalidad “dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades”.
“A nuestros Centros Barriales se acercan quienes están solos, huérfanos, desolados, enfermos y también los que tienen su salud comprometida por el consumo de drogas. Allí nos acercamos a cada historia sagrada personal y acompañamos el recorrido de su cuerpo y alma, a quien se reconoce persona, imagen y semejanza de Dios con posibilidad de amar y vincularse con los demás”, agregó.
Los jóvenes del Hogar de Cristo compartieron su testimonio a ACI Prensa, donde señalaron que la fe “es todo para una persona en recuperación”, que se encuentra en la lucha contra las drogas, y resaltaron que “el único que te salva es Dios”.
“Es una experiencia de rescate y salvación. No es la idea de Dios, ni la religión como costumbre o tradición. Es la experiencia de Dios Vivo”, subrayaron.
Además, indicaron que “Dios es amor, es misericordia, es ternura, compasión, paciencia, cariño”, es el “Dios Pastor de ovejas perdidas, el Dios Padre Misericordioso, el Dios Buen Samaritano”.
“Es Dios que vive en una comunidad que abraza la vida como viene, o que la sale a buscar como está, que evangeliza desde el amor sirviendo y estando al lado del que sufre”, agregaron.
Los jóvenes indicaron que en su historia de recuperación fue la Iglesia “la que nos dio un lugar y Dios una misión”, y señalaron que la “Familia Grande del Hogar de Cristo es ejemplo de fe”.
El Hogar de Dios “es uno de los mayores lugares que lucha contra las drogas porque recibe la vida como viene o sale a buscar la vida dónde está”, resaltaron.
En referencia a las palabras del Papa Francisco en su visita a Chile, los jóvenes indicaron que el problema “no está en dar de comer al que tiene hambre o beber al que tiene sed”, sino que la misión es creer que el que “tiene hambre, sed, está de paso, enfermo, o preso, tiene la dignidad y el valor de sentarse en mi propia mesa, entrar en mi propia casa y hacerlo realmente mi familia”.
Asimismo, indicaron que la vida de todos los santos son un ejemplo para las personas que luchan contra la drogodependencia, pero resaltaron a San Luis Orione, que enseña que “en la puerta de mi casa no se te preguntará tu nombre tu raza o tu religión, se te preguntará cuál es tu dolor”.
“Con San Alberto Hurtado tratamos de seguir su ejemplo, como él decía, el pobre es Cristo”, indicaron.
Los jóvenes señalaron que de San Juan Bosco aprenden “a llegar antes”, de “Madre Teresa de Calcuta el que no vive para servir no sirve para vivir” y del futuro beato, Mons. Enrique Angelelli, el tener “un oído en el pueblo y otro en el evangelio”.
De Mons. Romero aprendemos que “la gloria de Dios es que el pobre viva” y del Santo Cura Brochero “Dios es como los piojos está en todos lados, pero preferencialmente dónde están los pobres”, agregaron.
También pidieron a los jóvenes que luchan contra las drogas que se acerquen al Hogar de Cristo y señalaron “Dios los ama y tiene tiempo, paciencia, espera”.
Les diríamos que “merecen una oportunidad de cambiar sus vidas y que nada está perdido. Que se puede recomenzar y volver a empezar, que no se dejen robar la esperanza”, agregaron.
Finalmente, animaron a las personas que tienen seres queridos luchando contra la drogodependencia a que no se cansen de ayudarlos, porque “la familia es lo más importante para las personas con adicciones”.
“No bajen los brazos y aférrense de corazón a Dios”, concluyeron.
Publicar un comentario