En declaraciones a los diarios italianos La Stampa y Corriere della Sera, publicadas este jueves 4 de noviembre, el Cardenal australiano aseguró que “se han puesto obstáculos desde la Secretaría de Estado. Pero el auditor, o nosotros en la Secretaría para la Economía, podríamos haber intervenido antes. Podríamos haber ahorrado mucho dinero que se destinó al edificio de Londres y a otros lugares”.
En el año 2020, el Cardenal Pell regresó a Roma desde Australia, donde se encontraba desde el 2017 después de tomar una excedencia como prefecto de la Secretaría para la Economía con el objetivo de defenderse de las acusaciones de abuso sexual.
El Tribunal Supremo de Australia lo absolvió en abril de 2020 después de haber sido condenado en primera instancia a seis años de prisión y de haber pasado 13 meses en régimen de aislamiento.
El Cardenal escribió un diario en prisión que fue publicado en dos volúmenes, y relató que durante su encarcelamiento rezó e hizo penitencia. Ahora “veo a mucha gente, escribo algo y trato de ayudar a las víctimas de abuso sexual”, explicó.
En 2014, el Cardenal Pell fue nombrado por el Papa Francisco como prefecto de la recién creada Secretaría para la Economía, y se le encargó liderar los esfuerzos para reformar los asuntos financieros del Vaticano.
Dos años después, el Cardenal Pell ordenó una auditoría externa de las finanzas vaticanas, pero que fue suspendida por la Secretaría de Estado en una polémica maniobra que puso de manifiesto la lucha de poder existente entre las dos oficinas del Vaticano.
El Cardenal Pell afirmó que el Cardenal Angelo Becciu, que en el momento en que se ordenó la auditoría era el Sustituto de la Secretaría de Estado, impidió la auditoría con el argumento de que los auditores “no tenían autoridad para entrar en la Secretaría de Estado”.
Sin embargo, según el Cardenal Pell, “era falso”. “Teníamos autoridad para entrar, pero nos lo impidieron”, denunció.
El Cardenal Pell declaró a La Stampa que cuando asumió el cargo de responsable de las finanzas vaticanas en 2014, estas todavía funcionaban a la vieja usanza, y que la oficina de economía tenía que poner en marcha “cosas fundamentales”.
“Introducimos métodos de verificación que se usan hoy en todo el mundo. Descubrimos 1.300 millones de euros dispersos en diferentes oficinas. Preparamos un presupuesto por primera vez antes de que comenzara el año fiscal”, afirmó.
El Cardenal Pell aseguró que él y su equipo probablemente no podrían haber evitado que se perdiera todo el dinero del Vaticano empleado por la Secretaría de Estado en el asunto del edificio de Londres porque “algunas cosas ya estaban en marcha” en 2014, pero “en otros aspectos podríamos haberlo hecho”.
Según las investigaciones del Vaticano sobre la convertida inversión en Londres, que duraron dos años, salieron a la luz numerosos actores responsables de malos manejos, algunos de los cuales están acusados de haber defraudado a la Secretaría de Estado.
El Vaticano acusó este verano a 10 personas, incluido al Cardenal Becciu, por el asunto de Londres y los llevó a un juicio que dio comienzo a finales del pasado mes de julio.
Sin embargo, en las primeras audiencias los fiscales vaticanos cometieron una serie de errores procesales en las acusaciones, por lo que se ordenó comenzar nuevamente parte de las investigaciones a 7 de los 10 acusados, entre ellos, el Cardenal Becciu.
En la última audiencia, celebrada el mes pasado, el tribunal del Vaticano ordenó a la oficina fiscal entregar a los abogados defensores las grabaciones de video del testimonio de Mons. Alberto Perlasca, inicialmente sospechoso y ahora testigo.
Según se ha informado, las grabaciones se entregaron a los abogados defensores en la noche del 3 de noviembre, dentro del plazo dictado. La próxima audiencia del juicio tendrá lugar el 17 de noviembre.
En cualquier caso, el Cardenal Pell declaró que el Cardenal Becciu “tiene derecho a un juicio justo. Veremos”.
El juicio “continuará, pero lentamente”, añadió el Cardenal Pell. “No sé cómo procederá pero sabemos adónde llegamos, sabemos cómo perdieron muchas libras (británicas) con ese edificio de Londres, y al menos eso es un progreso”.
Tras las publicaciones de estas informaciones, el abogado del Cardenal Becciu definió las declaraciones del Cardenal Pell a la prensa como “agotador resurgir, aunque sea de forma de sospecha, de temas de considerable gravedad”.
En sus declaraciones, el Cardenal Becciu defendió también la autonomía fiscal de la Secretaría de Estado respecto a la oficina de economía, autonomía defendida por el Papa Francisco en sus documentos regulatorios publicados entre 2016 y 2020.
“La diversidad de puntos de vista sobre la correcta administración de los bienes temporales de la Iglesia”, continúa la declaración del abogado de Becciu, “no pueden justificar el uso de prevaricaciones, manipulaciones y ataques personales apartados de la realidad histórica”.
Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel. Publicado originalmente en CNA.
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