El autor y apologista católico Dave Armstrong recordó en un artículo de National Catholic Register 4 pasajes bíblicos que enseñan que los fieles pueden orar a los santos para pedir su intercesión.
1.- El hombre rico y Lázaro
Armstrong recuerda que en una de las parábolas que narra Jesús había un hombre rico que, al morir, llega al Infierno y pide a Abraham que interceda por él y que envíe a Lázaro para que alivie su sufrimiento.
Al señalar Abraham que no se puede cumplir este pedido, el hombre rico suplica que mande a Lázaro a la tierra a advertir a sus cinco hermanos “que se arrepientan, para no terminar en el mismo lugar”.
El escritor señaló que Jesús no podría enseñar un error doctrinal en una parábola, y por ello en esta misma historia Abraham no afirma que la oración pidiendo su ayuda esté incorrecta, sino que solamente rechaza interceder.
“Se puede rezar a los humanos que ya partieron, y que tienen el poder (delegado por Dios, usándolos como vasos o intermediarios) para cumplir con las peticiones: en otras palabras, exactamente lo que la comunión católica de santos sostiene”, agregó.
2.- Saúl pide la intercesión del profeta Samuel
“Samuel dijo a Saúl: ‘¿Por qué me perturbas evocándome?’ Respondió Saúl: ‘Estoy en gran angustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiques lo que debo hacer’. Dijo Samuel: ‘¿Para qué me consultas si Yahveh se ha separado de ti y se ha pasado a otro?’”, relata la Biblia.
Armstrong señaló que Samuel no cuestiona la oración como “incorrecta y pecaminosa”, sino que se niega a interceder porque sabía que “la solicitud de salvar a Saúl estaba en contra de la voluntad expresa de Dios”.
“La Biblia asume casualmente que grandes profetas como Moisés y Samuel estarían orando por aquellos en la tierra después de su muerte”, agregó.
3.- Pablo oró por los muertos
Armstrong recordó que en la segunda carta a Timoteo 1: 16-18 Pablo ora por Onesíforo, para que Dios le conceda “encontrar misericordia”.
“Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Efeso, tú lo sabes mejor”, expresa Pablo.
4.- Jesús y Pedro oraron a los santos y por los muertos
Armstrong recordó que en Hechos de los Apóstoles se muestra que Pedro habló con una discípula que murió en Jope, Tabitha, a la que le dijo “Tabitha, levántate”, demostrando que no hay “un muro impenetrable entre el cielo y la tierra”.
“Nuestro Señor Jesús hace lo mismo con respecto a Lázaro. Ora por Lázaro (un hombre muerto: Juan 11: 41-42) y luego le habla directamente (en efecto, ‘orando’ a él): ‘Lázaro, sal fuera’ (Juan 11:43)”, agregó el autor.
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