Es un producto de alto consumo
MAZATLÁN, SIN.
La principal zona de granjas mexicanas de camarón de los Estados del Pacífico mexicano está infestada de una devastadora enfermedad (aún por determinarse), que ha diezmado drásticamente su producción por la muerte de las crías jóvenes, por lo que hay menos disponibilidad de este alimento.
Tal problema ha ocasionado que se ponga más caro el crustáceo, un producto que de por sí lo es. Tan oneroso se ha puesto el camarón (ha subido más de 100 por ciento en los dos últimos meses), que un buen número de restauranteros tapatíos lo ha retirado de su carta, o bien han absorbido su incremento con tal de no perder clientela.
Además, va en contra el hecho de que está retrasado el ciclo biológico del camarón de altamar, según información de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera.
Medidas paliativas
El Director en Jefe del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad y Calidad Alimentaria (Senasica), Enrique Sánchez Cruz, informó que ya se decretó en el Diario Oficial de la Federación el Dispositivo Nacional de Emergencia en Sanidad (Dinesa), y con ello se cuenta con el marco jurídico adecuado para enfrentar la mortandad del camarón en granjas de Sinaloa, Sonora y Nayarit.
Al momento, se han analizado más de cinco mil muestras de camarones vivos y muertos, de parte de científicos mexicanos, para obtener un diagnóstico puntual que se espera conocer a la brevedad, en tanto que se mantienen en proceso varias líneas de investigación. El problema surgió desde la reciente Primavera, por lo que urge un dictamen sólido para tomar las medidas pertinentes.
El titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Sinaloa, Juan Nicasio Guerra, afirmó que definitivamente en el reciente ciclo camaronero habrá quien va a ganar mucho por el incremento del precio del crustáceo, pero también quienes perderán mucho dinero invertido, debido a la mortandad de las crías.
Citó este funcionario sinaloense que cada kilogramo de camarón tiene un precio, al productor, de 60 pesos, y que las pérdidas acumuladas suponen 20 mil toneladas.
Entre los estudios realizados, notificó que ya se ha logrado la reproducción de la enfermedad en un ambiente controlado con la inoculación a camarones sanos (los que se contagiaron en un lapso de dos a cuatro horas al comerse las vísceras de animales enfermos). Sin embargo, puntualizó que no se ha logrado la identificación del organismo causante de la patología infecciosa. Así pues, ahora le tocó a la camaronicultura una crisis sanitaria, como sucedió con la avicultura hace justamente un año.
El Senasica ha señalado que no hay riesgo alguno para la salud humana, porque las crías pequeñas no se mandan al mercado.
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