Joven se ordena sacerdote y da su primera bendición a su hermana monja

, 09 Jun. 21 (ACI Prensa).- Para el P. Matthew Breslin, ordenado sacerdote el 29 de mayo, su tradicional primera bendición fue especialmente conmovedora, pues se la dio a su hermana de sangre, Sor Mary Strength of Martyrs.

En declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI-, el P. Breslin, nuevo sacerdote de la Arquidiócesis de Nueva York (Estados Unidos), dijo que “ha sido un verdadero privilegio y una alegría viajar a través de una vocación con una hermana que también está viviendo una vocación, pues simplemente entiendes cosas que otros no entienden”.

“Ciertas frustraciones, ciertas gracias; siempre fue un placer y un privilegio pasar por eso con ella. Siempre podía hablar con ella sobre cosas que probablemente no podría tener si no estuviera en la vida religiosa, y viceversa”, agregó.

El P. Breslin y su hermana Sor Mary se criaron en la región de Hudson Valley, Nueva York, en el seno de una familia católica sólida, pero que lamentablemente estuvo marcada por la tragedia: el padre Alex fue diagnosticado con cáncer cerebral terminal cuando la madre estaba embarazada de Matthew y su hermana tenía solo dos años.

Los médicos pronosticaron que Alex no viviría para ver nacer a su hijo; sin embargo, aunque perdió gran parte de la audición y la vista, vivió casi diez años y falleció cuando Matthew tenía nueve años. “De él obtuve un primer ejemplo del amor del Padre... Fue muy fácil para mí ver, a través de él, el amor del Padre, y también esa naturaleza sacrificada del amor”, dijo el sacerdote.

El P. Breslin dijo que su madre también fue modelo de un amor radical por sus dos hijos, pues los crió prácticamente sola, mientras cuidaba de su esposo enfermo. “Ella tuvo que lidiar con una realidad muy difícil al tener que cuidar a un esposo moribundo durante diez años”, dijo.

Mi madre “se sacrificó mucho por nosotros. Simplemente nos amaba mucho, y ese amor sacrificado es algo que aprendí de ella, y espero ser un padre espiritual para muchos”, agregó.

El P. Breslin dijo que su interés en el sacerdocio surgió cuando conoció al párroco local. Relató que su familia comenzó a asistir a Misa diaria y que el párroco fue para él como un padre, cuyo ejemplo de vida “hizo que el sacerdocio fuera muy deseable, muy atractivo”.

“Era un buen hombre que amaba a su pueblo. Por eso, a través de él, fue muy fácil sentirme atraído al sacerdocio”, dijo y precisó que sintió su llamado vocacional por primera vez cuando tenía casi 9 años. Pero, al cursar la secundaria comenzó a pensar que ser sacerdote no era “genial”, así que vivió su fe “solo, en privado” por un buen tiempo.

No obstante, dijo que al terminar la secundaria resurgió su deseo de ser sacerdote, especialmente después de que asistió a un campamento de verano católico llamado Camp Veritas, donde hizo mucha introspección y discernimiento vocacional.

El P. Breslin dijo que cada vez que pensaba en la posibilidad de ser sacerdote, lo desanimaba la idea de que “nunca podría ser lo suficientemente bueno para esto”; pero recordó que sintió la voz del Señor instándolo a confiar y ese año decidió ingresar al seminario universitario.

Un año antes su hermana se unió a la Congregación de las Siervas del Señor y la Virgen de Matará, tras discernir su vocación religiosa durante su peregrinación a la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 realizada en Madrid (España).

Explicó que su modo de vivir su fe “para sí mismo” cambió tras ingresar al Seminario de St. Joseph en Yonkers, Nueva York, y que en los últimos 8 años, su relación con su hermana y su capacidad para hablar sobre sus vidas de fe se ha fortalecido.

Aunque reconoce que su vida y la de sus hermanas estuvieron marcadas por el dolor, dijo que descubrió que el Señor realmente está presente en el sufrimiento. Por ello, siempre aconseja que si no podemos encontrar a Dios por nuestra cuenta, debemos acercarnos y pedir ayuda.

“Sé que la mano del Señor estuvo constantemente presente en la vida y la muerte de mi padre. Sé que él nos guió a mi madre, a mi hermana y a mí durante todo el proceso, quizás más especialmente cuando no lo sentimos”, dijo.

El P. Breslin, nuevo vicario parroquial y capellán de medio tiempo de una escuela secundaria local, dijo que está muy emocionado de celebrar la Misa y escuchar confesiones, y también, de estar involucrado en el ministerio juvenil del colegio, pues a él le ayudó mucho en su formación.

El sacerdote dijo que las personas pueden y deben orar más por la gracia de discernir una vocación y que si sienten un llamado hacia el sacerdocio o la vida religiosa, hay que entregarlo al Señor y a un director espiritual de confianza. Además, aconsejó hablar con los que vivan esa vocación, pues “pueden darte ideas que quizás no hayas pensado y compartir las dificultades contigo”.

Finalmente, advirtió que muchos jóvenes de hoy no sienten un llamado al sacerdocio o la vida religiosa, “no porque el Señor esté llamando menos, sino porque no estamos escuchando el llamado”.

Ante ello, dijo que los jóvenes deben esforzarse por estar abiertos a la voluntad del Señor, dándose cuenta de que cualquier cosa que se entrega a Dios, será recompensada muchas veces.

“La gente está comentando cuánto he renunciado [para convertirme en sacerdote], pero no puedo enfocarme en lo que he renunciado, cuando he recibido mucho más, incluso en estos primeros cinco días”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.

 

 

 

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