Haciendo familia con los últimos del fin del mundo

Belén (10) desordena el pelo en la cabeza de María Chiara Bressan (34). María ríe con ganas, mientras trata de darle comida a Fernandito y Luchito, mellizos, que ya van en su tercer plato de legumbres. Fabio Milan (33) calienta el agua para tomar una “hierbita”, como él llama al boldo que se vuelve aromático y humea sobre el queque de chocolate, al otro lado de la mesa.

María Chiara Bressan y Fabio Milan están casados hace diez años, y Belén, Fernando y Luis son sus hijos, aunque no los hayan engendrado. Tienen tres más, seis en total. No son adoptados, son temporales, y tal vez se irán mañana, porque los Milan Bressan son una Casa Familia, un hogar para niños y adultos que vivan en una situación irregular. Por su hogar han pasado menores con problemas siquiátricos, cognitivos y delictuales; madres adolescentes con hijos que no pueden cuidar solas o que han sido rechazadas por sus familias de origen; y adultos mayores. Ahora tienen a Belén con síndrome de down y autismo; a los mellizos Fernando y Luis, también con síndrome de down, y a tres adolescentes extranjeras, además de una mamá de 25 años con su hijo, que viven con ellos hace cinco años.


Llegaron a Chile desde Italia en 2003 porque Fabio tenía que cumplir con la obligación de un año de servicio al Estado. Podía ser en el ejército de su país o desarrollando alguna actividad social. Se conocieron en el grupo juvenil de su parroquia, ella tenía 24 y él 23. “Venimos de un lugar cerca de Venecia, pero nada de góndolas”, dice Fabio, quien al terminar su carrera de educación física viajó a Chile para cumplir con su deber en la comunidad Juan XXIII. María trabajaba hace cinco años como contadora, “ella dejó la pega, su opción fue más radical”, recuerda con emoción Fabio, mientras juega con la cuchara de la taza con agua y “hierbita”.


De cómo llegaron a ser Casa Familia


No habla y pareciera jugar con el aire, peina el viento con sus dedos y camina de lado a lado, tan resuelta y bonita, escalando con su mirada. Aparentemente Belén está ausente, en otro lugar. Así sería si es que no se comunicara con los cariños que da y recibe de los que son sus padres hace tres años: “Ella entiende todo y ayuda mucho”, dice María Chiara, causando el regocijo de Belén que está sobre sus piernas, y reacciona al escuchar la voz de su mamá.


Cuando arribaron a Chile Fabio ayudaba en un comedor, y María en un centro abierto, ambos en Peñalolén. Durante ese año se enamoraron del carisma de la Comunidad Juan XXIII y su pololeo se consolidó. “Empezamos un camino de verificación vocacional con la comunidad”, recuerda Fabio. “Se iba a acabar el servicio voluntario así que teníamos la opción de volver a Italia y casarnos allá. Pero como en nuestro corazón estaba la idea de volver a Chile y quedarnos con los pobres que habíamos conocido aquí, creímos que sería más lindo celebrar acá”, agrega María, quien recuerda que hicieron una fiesta sencilla en el centro abierto después de cuatro años de pololeo, a la que solo pudo llegar una hermana de Fabio.


A los seis meses de matrimonio resolvieron que su labor en la comunidad sería ser Casa Familia. “El primer niño que recibimos lo conocía bien porque iba al centro abierto en que trabajaba. Necesitaba vivir con una familia, era un niñito siquiátrico, tenía varios problemas, incontinencia de día y de noche”, dice María. Desde ese momento nunca estuvieron solos, no han parado de recibir niños y adultos, con y sin dificultades, ya sean cognitivas, sicológicas o físicas.


Más de 16 niños han vivido con ellos desde que se casaron hace 10 año, eso sin contar a lo que han alojado un par de semanas o que no se han adaptado. Muchos de ellos han regresado con sus familias de origen y han logrado reconstruir los lazos. “Hay veces en que uno sabe que hay poca posibilidad que los papás biológicos o algún miembro de la familia se haga cargo de ellos”, comenta María. Ese el caso de Belén, que vivió hasta los siete años y medio en un hogar y nadie la reclamó, “sabemos que ella va a estar para siempre con nosotros”, agrega.


La entrega


Fabio y María no tienen hijos biológicos, y saben que todos los que cuidan pueden dejar de estar en su casa al día siguiente, sin importar la dedicación que les hayan entregado. Ahora bien, los niños que han estado un tiempo mayor -entre tres y cinco años- y que vuelven con sus familias de origen, regresan de manera paulatina, en un proceso que dura al menos un año y que es acompañado por sicólogos.


“Estos niños son mis hijos hasta que lo necesiten y cuando logran volver a su casa todo está bien. Finalmente, funciona igual que con un hijo biológico, que se va, es algo natural, aunque humanamente sea difícil, por eso uno tiene que hacer un trabajo interior de crecer en el amor gratuito”, dice María. “Cuando hablamos de maternidad y paternidad responsable es también saber y garantizar que uno va a poder establecer una relación significativa con cada niño que reciba. No se trata de tener diez chiquillos porque acá van a estar mejor que en un hogar, si no de generar un vínculo con cada uno, tener una relación significativa, es decir sentir que cada persona que uno reciba en la casa va a tener un espacio en nuestro corazón”, agrega Fabio.


Fernandito y Luchito se ponen de pie y sonríen para tomarse una foto. “Cuando llegaron ni siquiera lloraban para pedir comida”, recuerda María, mientras llama a Belén para que mire a la cámara fotográfica. “Con mi mujer no pretendemos ser la respuesta para todo el mundo. A veces los niños encajan, se dan y logran sentirse parte de esta familia. Podemos acogerlos, pero ellos tienen que sentirse acogidos. Si por alguna razón un niño no quiere estar acá, no puedo obligarlo, y tenemos que tener la madurez para no tomar esto como un fracaso. Se trata de amar sin condiciones”


Recuadro:


El carisma de acoger:


La comunidad Juan XXIII es una asociación laical fundada por el padre Oreste Benzi en Italia. Su vocación consiste en seguir a Cristo que es pobre y siervo, compartiendo la vida con los últimos, los más pobres, viviendo con ellos. Actualmente tiene presencia en todos los continentes del mundo.



Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets