Acto solemne de homenaje al misionero recoleto Mariano Gazpio, en proceso de beatificación
El viernes 28 de marzo se procederá a la exhumación de los restos del agustino recoleto Mariano Gazpio, tras la aprobación de la Congregación para las Causas de los Santos de Roma, y el sábado 29 se procederá a darles nueva sepultura en la iglesia conventual de Marcilla (Navarra), en un acto solemne de homenaje a este religioso, modelo de misioneros y de vida comunitaria, según informan los agustinos recoletos.
El proceso de beatificación y canonización de Mariano Gazpio Ezcurra continúa adelante, después de que hace diez años, en marzo de 2004, se cerrase el proceso diocesano y en abril de 2006 se ratificasen todos los pasos realizados en la diócesis de Pamplona y Tudela y se decidiese la continuación del proceso en Roma.
El proceso de beatificación se abrió el 17 de enero del 2000. Durante los primeros cuatro años se recogieron y copiaron los escritos propios de Mariano Gazpio y declararon más de cincuenta testigos ante el tribunal diocesano. Entre ellos, familiares del religioso que aportaron datos sobre su infancia y siete testigos chinos que lo conocieron durante su actividad misionera en China (1924-1952).
El 27 de enero de 2006 comenzó la etapa en la que se estudia la santidad del religioso a partir de los testimonios recogidos. Y el 26 de febrero de 2014, la Congregación aprobó la exhumación y el traslado de los restos a una nueva sepultura preparada en la iglesia del convento de Marcilla.
El programa de actos, que se inicia mañana a las cuatro de la tarde, incluye una conferencia sobre la vida del religioso misionero, a cargo de José Javier Lizarraga, agustino recoleto; una eucaristía presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, Mons. Francisco Pérez, y el traslado de los restos a la nueva sepultura.
Mariano Gazpio Ezcurra (1899-1989) nació en Puente la Reina y falleció en el Hospital de Navarra de Pamplona mientras residía en la comunidad de Marcilla, todas ellas localidades de Navarra. Tras ordenarse sacerdote en 1922, fue misionero en Shangqiu, Henan, China, durante 28 años: desde el mismo comienzo de esta misión hasta la expulsión de todos los misioneros, en 1952. El resto de su vida lo pasó en las casas de formación de la provincia de San Nicolás de Tolentino, principalmente en Monteagudo y en Marcilla.
En todas partes dejó una estela de espiritualidad recia y profunda, tras la que han ido varias generaciones de jóvenes agustinos recoletos. De su paso por China han quedado cartas y escritos que narran una auténtica epopeya misionera e histórica que los Agustinos Recoletos de hoy ven como un modelo y ejemplo de misión, entrega y servicio a un pueblo.
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