En el diálogo con el periodista Juan Manuel Astorga, el Cardenal sostuvo que “en la Iglesia hay estructuras que fueron muy válidas hace 60 años, pero hoy ya no son un medio eficaz y fecundo para el anuncio del Evangelio. Eso hay que cambiarlo”, apuntó.
Sobre las reformas educativas que promueve el actual gobierno, monseñor Ezzati expresó su preocupación ante la posibilidad de que el Estado acapare las opciones docentes. “La gratuidad de la educación pude parecer una cosa excelente”, apuntó, “pero a qué conduce finalmente: a que el Estado sea el dueño de la educación. Yo pago, yo exijo. Y por tanto, que imponga un modelo educativo distinto a lo que la comunidad natural, que es la familia, tiene derecho a escoger”.
“Estoy profundamente convencido de que la educación es un hecho público, pero eso no significa que sea el Estado el que tenga que imponer un estilo. El Estado tiene el deber y el derecho de poner los cauces para el hecho educativo”, sostuvo.
“Hoy día tenemos una antropología que es funcional, que busca calificar a las personas en algunos ámbitos para que produzcan, lo competitivo”. Sin embargo, agregó que “el acento hay que ponerlo en la persona, en la vocación de la persona”.
Monseñor Ezzati destacó la importancia de disminuir la desigualdad que aqueja al país. “No podemos permitir que una población entera viva constantemente bajo el miedo a las balas”, señaló el Arzobispo de Santiago, aludiendo a la violencia que el narcotráfico impone en algunas poblaciones.
Consultado sobre si los cambios que necesita Chile era legítimo discutirlos, por ejemplo, en una Asamblea Constituyente, indicó: “Hay que escuchar a la gente”. Y agregó: “Un buen gobierno se hace escuchando a la gente y sin excluir a nadie. Yo le deseo al gobierno que sepamos escuchar el clamor de nuestro pueblo y las brechas sociales se puedan disminuir al máximo y el proyecto de país sea de un desarrollo para todos y que abarque a toda la persona”.
Sobre la situación del presbítero Fernando Karadima, tras la difusión de una fotografía en que aparecería celebrando misa con asistencia de fieles, el cardenal Ezzati informó que se investigó la situación, se recabaron los antecedentes del caso y fueron enviados a la Santa Sede. Junto con ratificar su convicción de la culpabilidad del sacerdote en los delitos por los que se le acusó, también dijo estar “profundamente convencido de que la verdad nos hace libres”.
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Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago - Prensa Cech - TVNhttp://bit.ly/1cmmHSN
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