La Hermana Glenda habló de su próxima visita a la Argentina

El 27 de marzo, día de Pascua de Resurrección, la Hermana Glenda, cantautora chilena de música católica, visitará San Miguel de Tucumán para cantar en el marco del Bicentenario de la Patria y del Congreso Eucarístico Nacional a celebrarse este año, en julio.

Con la autorización del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Horacio Zecca, organizado por Ágape Libros y con el acompañamiento del Espacio Joven del Congreso Eucarístico Nacional, el encuentro se hará en el club Caja Popular (Bolívar 1367), a las 18.

Con motivo de su visita, la Hermana Glenda habló con AICA sobre su vida y sus expectativas con el viaje a Argentina:

Evangelizar a través de la música
La Hermana Glenda nació en Parral, Chile. Desde niña cantó en festivales, misas y actos del colegio y de la ciudad. Fue precisamente en un festival diocesano de música en donde encontró a Jesucristo, cuando solo tenía 15 años, al ganar una Biblia como premio. Allí comenzó a leerla todos los días.

Luego, el Señor le pidió dejar su familia, su país, su ambiente, su novio y entregarse en cuerpo y alma para servirle. En 1988, dio el paso definitivo y entró en las Hermanas de la Consolación.

Vivió sus primeros años de formación en Chile y en 1991 se trasladó a la Argentina. Allí vivió en Buenos Aires y en Tucumán trabajando como misionera, completamente dedicada al anuncio del Evangelio entre los jóvenes más pobres.

-¿Qué se siente volver a la Argentina, precisamente a Tucumán, lugar donde viviste?
-Siento mucha emoción y alegría porque cuando me fui de la Argentina tenía 25 años y ahora regreso con 45, con todo lo que eso significa. Me llena de gratitud poder regresar porque fue en Buenos Aires y en Tucumán donde estrené mi consagración al Señor. En estas ciudades aprendí a servir en el apostolado, a compartir con la gente y a ser discípula y misionera del Señor.

Años después, la Hermana Glenda recibió un nuevo pedido del Señor, dentro de la gran llamada a la vida consagrada que vive desde hace 20 años. Al igual que Madre Teresa de Calcuta que dejó su colegio para responder a otra llamada recibida, la Hermana Glenda dejó su vida normal como religiosa dedicada sobre todo a la enseñanza y se puso bajo obediencia del obispo de Terrassa, en Barcelona, España, para dedicarse por completo al anuncio del Evangelio por el mundo entero.

Su superiora general y ella vieron que Dios estaba hablando y que, para responderle, ella necesitaba de un marco canónico más amplio, que le permitiera seguir la llamada de Dios a la "evangelización de los pueblos" que desde hacía años, a través de muchos signos, el Señor le pedía.

Por eso después de conversar con su superiora y el obispo de Terrassa, la Hermana Glenda hizo el cambio al "Ordo Virginum", la forma más antigua de consagración de la mujer en la Iglesia.

Esta forma de consagración le permite dedicarse a sus viajes misioneros, llevando la Palabra de Dios por medio de la predicación y la música, más allá de las obras propias de un instituto religioso: colegios, hospitales, asilos de ancianos, etc.

-¿En qué signos ves que este es el camino que Dios eligió para vos? ¿Qué cosas te incentivan?
-El primer signo y fundamental para mí es la llamada, esa fascinación y atracción tan fuerte que me hizo dejarlo todo y seguirlo. Ese signo sigue, porque esa llamada misteriosamente permanece en mi interior, me levanta cada día y me llena de alegría. Es como una fuerza y certeza interior de que no hay nada más que te haga feliz y que naciste para esto. Luego, ves las maravillas de lo que Jesús hace con tus cinco panes y dos peces, y como alimenta a una multitud con lo que él puso en ti… Todo esto va confirmando que tu camino es por ahí, pues ya lo dijo el Señor: "Por sus frutos los reconocerán".

La consagrada grabó su primer trabajo musical en 1998 (“A solas con Dios”, el título del álbum), y en el 2002 comenzó sus viajes de apostolado por el mundo.

Ese año, participó en la XVII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Toronto, cantando "Nada es imposible para Ti", mientras el papa Juan Pablo II repartía la comunión.

-¿Cuál es tu canción que más te gusta y por qué?

-No hay una canción más preferida que otra porque todas para mí son fruto de una visita del Señor a mi corazón. Pero si tuviera que destacar alguna, quizá sería la canción: "Nada es imposible para Ti". Fue la primera canción y la primera vez que cantaba para tanta gente: para 1.000.000 de jóvenes y frente al papa Juan Pablo II en la JMJ de Toronto. Creo que ahí comenzó la Hermana Glenda que ahora todos conocen como evangelizadora con la música. Además, de esa canción, guardo testimonios impactantes de lo que Dios ha hecho en el corazón de las personas que la cantan y la oran. Quizá por eso es más especial que otras.

Esa experiencia con el Papa y ver su ardor misionero, a pesar de su enfermedad, movió a Glenda a comenzar, desde ese año, grandes y pequeños conciertos por toda España, Italia, Alemania, Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, Cuba, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Canadá.

En su música se refleja una hermosa síntesis de teología, psicología y espiritualidad que tocan misteriosamente el corazón de los oyentes y lo llevan a un encuentro profundo con el Dios vivo.

En su amplia discografía podemos orar desde textos del génesis hasta el apocalipsis. El don que Dios le ha dado le permite expresar en sus canciones una verdadera síntesis entre razón y fe.

-¿En qué te inspirás para escribir tus canciones? ¿Cómo suele ser el proceso?

-Las canciones nacen cuando alguna palabra de la Escritura toca mi corazón, cuando la presencia de Jesús se hace sentir y parece que nos tocamos. De igual forma, cuando todo mi ser lo busca en el silencio y la sequedad, ahí también mi lamento se hace canto. El proceso es sencillo: soledad, silencio, escucha y deseo de Dios.

Visita a la Argentina
En 2016, la Argentina celebra el Bicentenario de la Patria y el Congreso Eucarístico Nacional, además del Año Santo de la Misericordia promulgado por el papa Francisco. En el marco de esos acontecimientos, la Hermana Glenda visitará San Miguel de Tucumán, el 27 de marzo, y dará un concierto en el club Caja Popular (Bolívar 1367), a las 18.

Con motivo de su visita, la Hermana Glenda expresó a AICA que le encantaría “poder cantarles a los argentinos, a cada uno de sus corazones, y decirles que no tengan miedo, que nada les turbe, porque nada es imposible para la misericordia del Señor”.+

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