Mons. You Heung-sik fue nombrado recientemente prefecto de la Congregación para el Clero y es el primer Obispo coreano presente en la curia romana.
En una entrevista concedida a la agencia Fides, Mons. You Heung-sik explicó que después de que el Papa Francisco le comunicó el nombramiento, “estando en oración y reflexión, humanamente sentí cierta incapacidad para asumir una tarea tan importante”, hasta que “percibí que poco a poco en mi corazón crecía la voz que el amor y la misericordia de Dios son ciertamente mayores que mi imperfección”.
“Me acordé sobre todo de San Andrés Kim Taegon y de tantos otros mártires coreanos, que dijeron siempre “sí” a la voluntad de Dios y de la Iglesia sin dudarlo, amando a Dios y al prójimo hasta el final. Por eso, pidiendo su intercesión, he dicho con alegría mi “sí” a Dios a través del Santo Padre”, destacó.
Sacerdotes santos
“Soy consciente de que es una tarea ardua y una gran responsabilidad asistir al Santo Padre en este Dicasterio especial, que desea ofrecer atención y cuidados especiales a los sacerdotes, diáconos y seminaristas del mundo”, aseguró el Prelado que también destacó que confía “en la ayuda del Espíritu Santo y en profunda comunión con el Papa Francisco”.
En relación con su trabajo como prefecto de la Congregación para el Clero, Mons. You Heung-sik aseguró que “los sacerdotes santos renuevan la Iglesia y muestran su rostro más bello”, y destacó que es muy importante “formar sacerdotes que sepan inclinarse ante el sufrimiento humano de tantos hermanos, que estén dispuestos a lavarse los pies unos a otros y que vivan el amor fraterno como el del Buen Samaritano”.
En ese sentido el Prelado subrayó que “estos buenos sacerdotes no surgen de la nada”, por eso insistió en “la necesidad de seguir un camino serio de formación permanente, que les ayude a vivir con serenidad su ministerio pastoral, a afrontar con valentía los retos del mundo y, sobre todo, a redescubrir el precioso valor del amor fraterno que pueden experimentar con sus hermanos”.
“El celibato sacerdotal, que todos hemos aceptado como un don del Padre, no nos obliga a vivir nuestro ministerio como huérfanos, sino que nos sabemos felizmente incluidos en una gran familia, la familia sacerdotal, donde podemos experimentar la amistad y la comunión”, afirmó.
Invitación del Papa a Corea del Norte
En relación con una posible visita del Papa Francisco a Corea del Norte, el Obispo de Daejon explicó que en octubre de 2018, el presidente de la República de Corea, Moon Jae-in, fue recibido en audiencia por el Papa Francisco.
Durante ese encuentro el presidente de Corea le transmitió una invitación de Kim Jong-un, líder de la República Popular Democrática de Corea, para un posible viaje apostólico a esa nación.
“El Papa respondió entonces que estaba dispuesto a visitar Corea del Norte, en el momento en que recibiera una invitación formal de las autoridades de Pyongyang”, destacó el Prelado, quien asegura que cuando conoció la disposición del Santo Padre al respecto se sintió “verdaderamente conmovido”.
“Desde entonces rezo constantemente para que la visita del Papa a Corea del Norte tenga lugar. Casi diez millones de coreanos viven en una separación forzosa a causa de la división entre el Sur y el Norte”, afirmó.
“El enfrentamiento que existe en la península de Corea es uno de los mayores sufrimientos de la humanidad en la actualidad. Cabe destacar que la llamada 'Zona Desmilitarizada' (DMZ) entre el Sur y el Norte es irónicamente la zona más militarizada del mundo. Estoy convencido de que una eventual visita a Pyongyang podría ser un punto de giro, que nos permitiría a los coreanos dialogar y entendernos mejor, empezando por las cosas pequeñas y terminando por las grandes, y quizás llegar a la reunificación del Sur y el Norte", destacó.
"En concreto, la mediación del Santo Padre podría ser una ocasión propicia para poner fin al conflicto, fruto de la desconfianza mutua entre las dos partes de la Península que dura ya demasiadas décadas”, declaró a la agencia Fides.
También destacó que ora para que se produzca un entendimiento entre las dos Coreas, algo para lo que parece haber “humanamente pocas esperanzas”, “pero como Dios es todopoderoso, rezando, trato de acoger todo lo que pueda ser útil para promover la paz. Al asumir mi nueva misión en la Iglesia, si puedo dar mi apoyo al restablecimiento de la paz en la Península de Corea, lo haré con gusto”.
Publicar un comentario