El actor chileno está de miércoles a domingo trabajando en la exitosa obra Los elegidos, en Buenos Aires, y el resto del tiempo lo ocupa en grabar “Farsantes”, la teleserie que protagoniza en el país trasandino y que es líder en su horario. En medio de esa vorágine, quien fuera acólito durante su infancia hizo un alto para hablar de fe.
Acaba de bajar del avión y ya repasa la entrevista que hará a en unos pocos minutos. Es lunes por la mañana. “Trabaja de lunes a lunes”, reconoce su asistente, mientras con un celular intenta hacer calzar la agenda de Benjamín Vicuña. A sus 34 años, este actor y empresario no para. Pero ha logrado formar una hermosa familia con la modelo argentina Carolina Ardohaín, y en el último tiempo se ha sumergido en las profundidades del dolor tras la muerte de su pequeña hija Blanca, en septiembre de 2012.
¿Cuál es tu relación con la fe?
Es estrecha, viene de mi formación en el colegio Sagrados Corazones de Manquehue. Es un vínculo potente y serio, libre porque me invita a creer sin pruebas, que es el sentido más profundo de la fe.
¿Cómo son los recuerdos de tus primeros pasos en este camino?
Eran tiempos increíbles en que la fe se vivía con mucha inocencia, pero con harta fuerza también. Tuve muy buenos referentes de sacerdotes que me marcaron desde la sabiduría y la generosidad. Me enseñaron lo que es el servicio social, el postergarse, ponerse en el lugar del otro, entender que hay gente que padece una pobreza extrema. Ese es el costado de la Iglesia que más admiro y quiero. Todas las etapas que he vivido, desde ser acólito, hasta formar mi familia, son momentos que han creado una relación con Dios que me ha fortalecido para soportar los golpes de la vida.
¿Qué lugar ocupa Dios en el proceso creativo?
Él está siempre en mi vida, en mi familia, en mi trabajo. Comparto con Dios la lucidez, el hallazgo de algo, de un personaje, de una buena idea, y también los momentos de frustración y fracaso, es quien me acompaña en las buenas y en las malas.
¿De qué manera esta vida de fe la compartes con tu señora y tus hijos?
A pleno porque la fe se comparte. En mi casa es algo que se vive, que se respira con mis niños. Además mi hijo va en Argentina al colegio San Martín de Tours, que es católico, ahí le están entregando todas las herramientas para que pueda crecer. Ya entiende quién es Jesús y que nos protege un Dios generoso, e identifica el rol de la Virgen María. Vivimos la fe con mucha naturalidad, y ocupa un rol protagónico en nuestra familia.
Fuente: Benjamín Aguirre/ Periódico Encuentro
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