“La juventud rejuvenece a la Iglesia, y no porque sean algo exterior a ella sino porque son Iglesia. Y justamente por eso, la Iglesia recibe esta savia nueva que hace ver la realidad con otros ojos. Es tal el interés de la Iglesia por la juventud, que este año el Pontificio Consejo para la Cultura tuvo su Asamblea Plenaria con el tema culturas juveniles emergentes. Es muy interesante el título, no es la cultura juvenil, existen muchas culturas y subculturas juveniles”, destacó.
A modo de ejemplo, dijo que en una ciudad como Santiago, “tenemos muchas subculturas, desde las tribus urbanas, desde los que son hinchas de clubes deportivos, los que participan en asociaciones de diverso tipo, etc. El Papa pidió a los obispos del Celam, en Río de Janeiro, preocúpense de las tribus urbanas, es un tema en el cual la Iglesia tiene que entrar, debe entrar a dialogar con estas culturas y subculturas juveniles. Puede que nos gusten unas más u otras menos, pero debemos estar allí”.
En tanto, Alejandro Reinoso, Psicólogo, Doctor en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, expuso una mirada general a la realidad juvenil hoy e indicó que existe mucha diversidad: “Por ejemplo los jóvenes que tienen más de 13 años de escolaridad, versus los que tienen mucho menos que eso, claramente definen itinerarios de vida, formas de establecerse en el mercado laboral muy distintas”.
Posterior a las exposiciones, los participantes se reunieron a trabajar en grupos para reflexionar lo recibido para luego compartir en un plenario final los ecos, preguntas y conclusiones a través del diálogo con otros hermanos desde sus propias realidades y experiencias.
Después, fueron invitados a un paseo cultural por los centros patrimoniales de Valparaíso y también pudieron conocer en terreno un poco más sobre la labor pastoral parroquial a nivel social en la visita que realizaron a la Parroquia La Matriz del Barrio Puerto.
Los signos de los tiempos
Para concluir el día, teólogos y pastoralistas, participaron en la charla pública dictada por el Padre Eduardo Pérez Cotapos, SSCC, en la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
El sacerdote recordó la importancia de discernir los signos de los tiempos en el mundo de hoy, señalando que en la actualidad se está produciendo un cambio en el ser humano, principalmente en sus valores. “Está surgiendo un humanismo nuevo y se reformula el sentido de la felicidad, la plenitud personal, entre otros temas fundamentales para la existencia humana y donde la fe tiene que algo que decir”, destacó.
Añadió que en la actualidad se cuestionan las grandes instituciones religiosas y la propuesta cristiana parece inconcebible. Explicó que el país está en conflicto con las estructuras religiosas, pero no con la fe ni con Dios. “En nuestro mundo hay luces y sombras, cosas positivas y negativas”, explicó.
Recalcó que “tratamos de ser maestros de la verdad y no compañeros de camino de quienes más lo necesitan”. El hecho de condenar a los que yerran genera odiosidad y termina haciendo que la gente haga oídos sordos.
Ahondó en la necesidad de tener conciencia de la fragilidad de la Iglesia y que tiene pecados. Ello, tal vez, puede llegar a convertirse en la puerta de entrada para la solidaridad con los más débiles.
Esta instancia eclesial teológico pastoral concluirá el sábado 31 de agosto con la charla de Monseñor Héctor Vargas Bastidas, Obispo de Temuco, quién expondrá sobre Aparecida y la Misión Territorial, para posteriormente finalizar con la Santa Misa, enviados a compartir y poner en práctica todo lo recibido.
Fuente: Comunicaciones III Encuentro Teológico Pastoral
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