Mons. Duarte en su homilía resaltó la importancia de la vida consagrada femenina “ellas son una bendición para la Iglesia en el mundo. Se les dice con cariño madrecita. Esta celebración quiere que contemplemos nuestra vida con la perspectiva de María y su triunfo. La Virgen María es un modelo de vida cristiana que debemos contemplar y tratar de seguir”.
“El Papa Francisco nos ha hecho un ferviente llamado a no mirar tanto nuestra vida sino que al mundo al que hemos venido a servir para ver dónde están las penas, las angustias porque ahí tenemos que estar, especialmente las consagradas y consagrados. A veces tendemos a centrarnos en nosotros mismos y nos despistamos. En la medida que miremos la realidad y podamos ayudarlos en sus necesidades, así respondemos a nuestra vocación de mujeres y hombres cristianos”.
“Manifiesto mi agradecimiento y admiración por la vida consagrada femenina, al recorrer la diócesis me doy cuenta del rostro maternal de la Iglesia reflejado en su servicio eclesial”.
Fuente: Comunicaciones de Valparaíso

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