La favela que cambió con la visita del Papa: “Él es uno de nosotros”

María Di Soisa Olivera sonríe poco pero ampliamente. Camina queriendo pasar inadvertida, esquiva las cámaras de televisión. Hace 38 años vive en Varginha, la favela que el Papa Francisco visitó en el norte de Río de Janeiro, un lugar donde se respira el miedo y muchos jóvenes se tapan la cara para no ser reconocidos.

Varginha fue “pacificada” para esperar la visita del Vicario de Cristo. Hay un carro de la policía militar en la entrada de la rua Carlos Chagas, una calle húmeda y estrecha, por la que se entra al sector enmarcado entre dos canales pantanosos, que hasta hace poco era territorio del narcotráfico.


El Papa se ha convertido para la gente de esta comunidad en un signo de paz, en la esperanza de que las cosas pueden mejorar.


A un día de su visita, la capilla San Gerónimo se ha convertido en un centro de peregrinación. Mientras hordas de jóvenes y varios medios de comunicación se acercan al pequeño templo, María se queda en un rincón y, con mucha timidez, empieza a contar los detalles del momento único que vivió.


¿Tiene miedo de lo que puede pasar ahora?


No siento preocupación desde que supe que vendría el Papa. Empecé a hacer oración para que no suceda nada. Ya no tengo miedo.


¿Cómo va a cambiar la vida de la favela tras la visita de Francisco?


Con la gracia de Dios todo avanza. Las cosas ya han mejorado bastante con la venida del Santo Padre, han arreglado la calle, nos pusieron luminarias afuera y antes no había basureros.


¿Cómo fue la llegada del Papa?


Estaba lleno de gente. Pusimos carteles para saludarlo y muchos trajeron sus propios mensajes escritos. Fue muy emocionante. Pasó y tomó mis manos, bendijo el altar y miró hacia afuera, entonces de nuevo tomó mis manos cuando iba saliendo.


¿Qué sentiste cuando tocó tu mano?


Fue muy bonito, él es una persona especial. En un lugar como el que nosotros vivimos, tan pobre, solo se escucha hablar de las visitas importantes, no somos parte de las cosas grandes. El Papa nos hace sentir eso, que importamos.


¿Cómo era su mirada, su rostro?


Me gustó. Pensé que era una persona más distante, pero es muy cálido y su cara trasmite tranquilidad. Uno puede encontrar sus ojos fácilmente.


¿Qué dijo en la capilla?


No habló mucho, hizo cosas. Se arrodilló ante el altar, lo bendijo y regalo un cáliz precioso a la gente de la comunidad. Luego, cuando estuvo en la cancha, habló contra la corrupción de los políticos, sobre el hambre, la pobreza, sobre los problemas de nuestra gente en el fondo.


¿Qué se comenta en las calles de Varghina?


Que no debemos perder nunca la esperanza y que los jóvenes son lo más importante, tal como nos dijo el Papa.


¿Qué significa espiritualmente que el Santo Padre haya estado en Brasil?


El ejemplo del Papa le exige a la gente que está por sobre nosotros, que tiene poder y dinero, que nos respete. Pienso que su modo de ser los debe obligar a no pasar por encima de los más pobres. Jesús era pobre.


¿Cómo le va a contar a sus nietos todo lo que vivió?


No necesito contarles porque estaban aquí. Mi nieta mayor, de 18 años, también estuvo trabajando para la jornada, ella lo vio cuando salió, en la cancha. Una más pequeñita se quedó esperándolo acá afuera (de la capilla). Él pasó y no miró para el lado en que ella esperaba. Estaba tiste, se quedo llorando (risas), porque el Santo Padre no la vió. Tuve que consolarla, a ella y su mamá, tenían mucha pena. Después todos entendimos que la sola presencia del Papa en este lugar transformó el ambiente, e hizo de este momento algo inolvidable para los moradores.


¿Hizo algo especial con alguna persona de acá, algo diferente?


Habló con mi nuera y con un abuelo que esperaban al frente del templo. Los bendijo y pidió a los más pequeños que estaban ahí que recen. Un poco más adentro de la favela un niño de la catequesis se lanzó y abrazó al Papa, quien fue a bendecir a su abuela de 90 años, le pidió a la anciana, con mucha sencillez, que orara por él. Eso es lo más impresionante: cómo de lo poco hace algo extraordinario.


Si tuviera que describir a Francisco en una frase, ¿Qué diría?


Él es uno de nosotros, alguien humilde.


Fuente: Periódico Encuentro.

www.iglesiadesantiago.cl



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