Monseñor Ezzati: "Diácono significa servidor"


Por Paolo Cordero Torres


Enrique Pizarro acaba de cumplir 42 años de diácono. Fue ordenado en 1972 en Iquique y desde 1975 sirve en Santiago. Su esposa murió de cáncer hace 5 años, y cuatro de sus cinco hijos también fallecieron, pero él sigue adelante, con una sonrisa para quien lo salude. "Muchas personas de mi comunidad me preguntan por qué continúo pese a los sufrimientos, y yo les respondo que entre más dificultades tenga, más confiaré en Dios. Sin Él no soy nada". Se apoya en sus 16 nietos - una de las cuales lo acompaña - 17 bisnietos y cuatro tataranietos para seguir con su misión en la parroquia Sagrada Familia de Macul.


Enrique fue uno de los diáconos que llegaron hasta el encuentro con el pastor organizado por la Vicaría para el Clero y que se enmarca dentro de las celebraciones de San Lorenzo, patrono de

todos que aquellos que un día se consagraron a Dios con este ministerio.


La cita, desarrollada en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, reunió a más de un centenar de diáconos y sus esposas, en una conversación fraterna con monseñor Ricardo Ezzati.

En esta ocasión, el Arzobispo de Santiago profundizó en la carta encíclica "Lumen Fidei", recientemente publicada por el Papa Francisco, y en cuya redacción participó mayoritariamente el Papa Emérito, Benedicto XVI.


"Lumen Fidei"


En su intervención, monseñor Ezzati recordó que "la fe vivida no nos aleja de la realidad del mundo, nos pide insertarnos profundamente en ella", citando la encíclica Papal. El pastor de la iglesia de Santiago, enfatizó que "el cristiano que vive la fe nunca es una amenaza para el bien común, al contrario, es el bien más grande para alcanzarlo".


Durante la cita, presentada por el vicario para el clero, monseñor Fernando Ramos, el Arzobispo recordó a los presentes que el compromiso del hombre y de la mujer creyente, en la búsqueda del bien común, hace presente el reino futuro en la vida concreta de las personas. Así mismo, recalcó que "estando presentes en la construcción del bien común como hombres y mujeres de fe, esa fe se vuelve esperanza, indicación de camino".


Ser diácono


En la Arquidiócesis de Santiago sirven actualmente 313 diáconos, y para el próximo mes, se espera la ordenación de otros 20. La preparación se realiza en la Escuela del Diaconado, instancia que consta de un año de discernimiento y otros seis años de estudio.


"El diácono es un discípulo que ha sido escogido por Jesucristo como ministro de su palabra y como servidor del Pueblo de Dios. Diácono significa servidor", señala monseñor Ezzati. "Desde 1990 este vocación ha experimentado un crecimiento sostenido", agrega Enrique Sáa, encargado de diáconos de la Vicaría para el Clero. Actualmente hay 102 aspirantes a este ministerio, quienes se preparan en la Escuela del Diaconado y sólo en 2013, 19 iniciaron su proceso formativo.


Un camino que hace cuatro años trajo hasta la parroquia Santa Rita de La Reina, al ingeniero Gerardo Anabalón. Hoy distribuye su tiempo entre su trabajo, la familia y su servicio pastoral. "Uno ha recibido tanto y no ha dado nada", se dijo mientras preparaba el sacramento de una de sus hijas. Ahí se decidió. "En mi vida laical lo recibí todo", relata emocionado. "Podría haberme retirado, irme a viajar". Pero notó que algo faltaba. "Pensé que había que ayudar al Señor a empujar el carrito, y aquí estamos".


Una tarea que no realizan solos. Para un diácono la esposa y la familia son fundamentales. "El diácono tiene que dar compatibilidad a su vida familiar, laboral y ministerial. No es fácil. Hay que saber equilibrarlas para responder a la vocación a la que fuimos llamados", recalca Enrique Sáa.


Hecho que ratifica Max Hernández , quien sirve en la Parroquia de la Anunciación de Providencia. Inició su camino en esa misma comunidad. "El Señor siempre está llamando, es uno el que a veces se demora". Confiesa que sin la ayuda de su familia "el camino no es posible".


Bien lo sabe Juan Zúñiga (64) llegó junto a su mujer América Espinoza al encuentro con el Pastor. Tienen 47 años de matrimonio y sirven hace diez en la comunidad San Damián de Molocai de la comuna de San Joaquín. "Esto comenzó cuando estábamos preparando a nuestra hija para la primera comunión. El párroco nos invitó a discernir este proceso". Un camino que para ellos no ha estado exento de problemas: "Como todo matrimonio, hay momentos hermosos y otros difíciles, especialmente con los hijos, que algunas veces no comprenden el camino para el que fuimos llamados. Pero es Dios el que ayuda a supera esas dificultades, por ejemplo, en nuestro caso, tras negarse, una de nuestras hijas sirve hoy como agente pastoral en la parroquia".


Reconocimiento al servicio


Durante el encuentro con el Pastor, algunas vicarías de la Arquidiócesis premiaron la labor desempeñada por uno de sus diáconos. En esta ocasión los galardonados fueron Jorge Cortés, de la Vicaría del Maipo; Bernardo Ramos, de la Vicaría Oeste; Alfonso Araya, de la Vicaría Centro; Juan Enrique Llona, de la Vicaría Cordillera; Alejandro Flores, de la Vicaría Norte; Hugo Ramírez, de la Vicaría Sur; Osvaldo Garay , de la Vicaría para la Educación; Rodolfo Manzor, de la Vicaría de la Pastoral Social y de los Trabajadores y Enrique Pizarro, quien sirve hace 42 años como diácono de la Vicaría Oriente.



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