En su homilía monseñor Ezzati, les dijo: “Estamos alegres, gracias Padre porque realizas tu promesa; ‘yo les daré pastores’… No tengan miedo yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos”.
El Arzobispo de Santiago expresó: “La ordenación es un acontecimiento que toca el núcleo más íntimo de sus vidas. Es el Señor quien elige, Él va modelando la mente y el corazón del que ha elegido. Él consagra y envía. Cada ministro es un profecía viviente de Dios que nos quiere. En ustedes, la gente, nuestro pueblo quiere ver y encontrar el rostro de Jesús”.
Los llamó a servir y a vivir en comunión con las otras vocaciones, con los ricos y pobres y también con sus hermanos jesuitas.
El Rito
La ordenación se inició con la presentación de los dos candidatos, ante monseñor Ezzati, por parte del Superior Provincial de la Compañía de Jesús, Eugenio Valenzuela.
Él dio testimonio de la idoneidad y dignidad de ambos. Se refirió a Cristián diciendo: “Reconoce que depender del Señor es su única fortaleza y pone en Él su confianza”. Cuando fue el turno de Carlos expresó: “Para él la persona de Cristo y su presencia en su vida representa lo más genuino que tiene…, ama a la Iglesia y se siente llamado a trabajar por una Iglesia que sea signo del Reino”.
El Arzobispo pidió a Cristián Peralta su compromiso con el celibato, con la Iglesia y la obediencia a su Obispo. Luego solicitó a Carlos antes de ser ordenado sacerdote que expresara públicamente su voluntad de recibir el ministerio sacerdotal.
Momentos emocionantes fueron cuando Cristián recibió la imposición de manos de monseñor Ezzati y su estola según el modo diaconal colocada por su padrino mientras el coro cantaba en todo amar y servir.
También cuando monseñor Ezzati impuso sus manos sobre la cabeza de Carlos y también lo hicieron los numerosos sacerdotes que los acompañaron. Tras lo cual sus padres presentaron la estola y la casulla para ser revestido por su padrino. Como parte del rito se le entregó la patena y el cáliz para celebrar la eucaristía.
Al concluir el rito el Pastor los presentó a las personas que llenaban la Iglesia, a quienes dijo mientras todos aplaudían entusiastamente: “Quiéranlos y recen por ellos”.
Un momento para dar Gracias
Al finalizar la misa el Superior Provincial de los jesuitas, Eugenio Valenzuela destacó: “Son dos jóvenes, que van a servir aquí y en República Dominicana, lo cual es un gran regalo para la Iglesia”.
Los ordenados estaban emocionados y felices. Cristián comentó mientras recibía saludos que su familia estaba celebrando con él a la distancia: “Vivir esta ordenación en Chile ha sido muy significativo porque es agradecer a este país que me ha acogido tan bien y a tantos chilenos y chilenas que me han mostrado el rostro de Dios”.
Carlos agradeció. En especial “al Señor que nos ha llamado a ser su compañero y a servir a la Iglesia, también a nuestras familias, que nos mostraron la fe y nos invitaron a conocerlo a Él y a todos los amigos que nos han acompañado en estos años de formación”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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