La Vida Consagrada llamada a salir a las periferias

La comunidad católica que se ha formado en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín sorprende y emociona. Aquí cada canción, cada momento de la misa es vivido con gran intensidad. Para las internas, el encuentro de cada domingo las reconforta y les permite seguir lejos de sus familias, de sus hijos. Estas mujeres encuentran en Dios y en la comunidad la compañía que necesitan para mantener viva la esperanza al interior del penal.

A esta comunidad, llegaron más de doscientos consagrados y consagradas de la arquidiócesis, para celebrar a Dios en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen, día en que la Iglesia festeja a todos quienes consagraron su vida a Dios.


Hermanos y hermanas de distintas congregaciones e institutos de vida Apostólica llegaron para reunirse aquí con el rostro visible de Cristo en la Eucaristía. Junto a ellos cientos de mujeres, jóvenes y adultas, que por diversas razones están privadas de libertad.


La celebración fue presidida por monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, y concelebrada por una veintena de presbíteros, entre ellos el Vicario para la Vida Consagrada e institutos de Vida Apostólica, presbítero Aldo Coda; el Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores, presbítero Andrés Moro; el presidente de Conferre, padre Sergio Pérez de Arce y el Capellán Nacional de Gendarmería, padre Luis Roblero sj.


Ser como María


Al comenzar su homilía, monseñor Ricardo Ezzati saludó fraternalmente a la comunidad de internas. "Creo que ha sido la que más he visitado a lo largo de estos dos años y medio que llevo como Arzobispo", expresó. "El Señor me ha dado la oportunidad de compartir con las mujeres que aquí celebran su fe y renuevan su esperanza en la Eucaristía", dijo.


Luego, manifestó que la vida religiosa es un regalo de Dios para su Iglesia y recordó la descripción de esta vocación que hizo el Sínodo para la vida Consagrada: "Es un don necesario tanto hoy como en el futuro", expresó el Arzobispo de Santiago. "Agradezco - como Arzobispo y Presidente de la conferencia Episcopal - el trabajo, el empeño, el testimonio - muchas veces silencioso y no por eso menos fecundo- de la vida consagrada de cada uno y cada una de ustedes".


Agregó que religiosos y consagrados no tienen sólo una historia gloriosa que contar, sino también un futuro que construir. "Y la historia se construye en el contexto", enfatizó. Añadió que "como hombres y mujeres consagradas estamos aportando con ese granito de arena, que sabemos que es la piedra firme sobre la cual el Señor quiere construir justicia y paz en nuestro mundo", manifestó el Pastor de la Iglesia de Santiago. En este sentido, recordó que "un mundo difícil, este don, que aparece como pequeña semilla, sigue siendo un don necesario que Dios ofrece para que la Iglesia sea lo que está llamada a ser".


En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen Madre de Dios, Monseñor Ezzati llamó a los presentes a ser como María, a imitar su actitud. "La reconocemos y veneramos como asunta a los cielos en cuerpo y alma, la primera criatura humana que está participando de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte", expresó. Afirmó que "esa mujer humilde supo decirle sí al Señor, supo colaborar, en la oscuridad de la fe, en la obra de Dios redentor y supo unir su propia vida, desde la fe, a los acontecimientos humanos y divinos que la afectaron".


Agregó que "María nos invita a ser hombres y mujeres de fe que podamos vivir la bienaventuranza de creer en Jesucristo en este tiempo". A su vez, se refirió a la imagen del dragón que en Apocalipsis asusta e intenta impedir que una mujer de a luz. "¿Cuántas caras adquiere ese dragón en el día hoy?, consultó a la asamblea. ¿Cuánta prepotencia hay en estos dragones que quieren que la humanidad no alcance su plenitud en Cristo Jesús?"


Finalmente, les dijo: "Queremos renovar en este día el propósito de estar junto al hijo de la mujer, de poner todas nuestras energías, para que la vida crezca en abundancia".


Ir a las periferias


La cárcel es una realidad que vive a diario la hermana Nelly León. Lleva 15 años de servicio a aquellas personas que deben cumplir parte de su vida en prisión . " Aquí está la periferia humana. Es aquí donde está concentrado todo el dolor, la pobreza, la inequidad, la injusticia", nos cuenta.


Por eso, para ella esta fiesta tuvo un sabor especial: "Es un motivo de mucha alegría y de mucho gozo el que la vida religiosa haya venido a compartir esta fiesta y su consagración con todas las mujeres privadas de libertad", señaló.


El dolor que se vive en este espacio la mueve. Ellas - las chiquillas - por su parte, reconocen en esta religiosa el rostro de Cristo en medio de las celdas. "La hermana es el pilar que tenemos acá", nos cuenta Claudia, una de las internas. "De hecho - prosigue- gracias a ella muchas cosas se han logrado en el penal. Nos da la oportunidad de trabajar, de venir a misa, habla por nosotras. Una se cae muchas veces, pero ella está siempre para recogerte", manifiesta con emoción.


De alguna manera, Nelly es uno de los rostros de Iglesia en esta frontera social. Una de las tantas "periferias" a las que el Papa Francisco convocó a los cristianos a acompañar. Fue la invitación que los consagrados y consagradas de la Arquidiócesis recibieron durante la celebración. "Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro", recordó las palabras de Su Santidad, el padre Sergio Pérez de Arce, Presidente de Conferre. "Tenemos que ir al encuentro de los hermanos que sufren, que están alejados de la fe y de todos aquellos que nos presentan tantos desafíos a nuestros testimonios y a nuestro servicio", dijo ante una asamblea atenta y alegre en un penal que cotidianamente sólo sabe de sufrimiento.


Algunos testimonios


Hermana Marta Medel de las Siervas de Jesús: "Adquirimos un fuerte compromiso este día. Vamos a seguir acompañándolas de distintas maneras".


Hermana María Rosana de la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de Don Orione: "Cristo nos llamó, y nosotros le respondimos. Celebrar aquí ha sido muy significativo porque podemos compartir lo que es nuestra vida de servicio a Él en las personas que están privadas de libertad. Pudimos compartir con la profunda pena que hay en este lugar, pero también con la alegría, porque Cristo es eso, alegría aún en lugares como estos".


Hermano Alexis, franciscano: "Me siento desafiado a asumir la invitación del Papa a ir a las periferias existenciales. Comprometerrne más, a cuestionarme más. Mi vocación de actuar como hermano con las realidades que son adversas y desafiantes y que nos pueden atemorizar. Atreverse a salir, con lo difícil que eso implica".


Hermana Ruth Gallardo de las Carmelitas Misioneras: "Es un muy significativo y simboliza el llamado del Papa de salir e ir a las periferias. Para mí como mujer, venir acá tiene también un significado más importante, es acercarme al dolor de estas mujeres, que también son acogidas por Jesús. Creo que este acercamiento simbólico a ellas, es también un acercamiento a Jesucristo".



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