El padre Elías, desde hace un año y medio a cargo de esta parroquia, señaló que se trata de un sector “de personas de clase media, con siete capillas y mucha vida, mucha juventud, gente muy participativa que proclama el Reino de Dios en diversos lugares. También está la pastoral social, con un comedor que atiende a personas de menos recursos”. El sacerdote agregó que “la visita del arzobispo es un encuentro de gran importancia para la gente, que siente un pastor más cercano”.
Pía Carvajal, coordinadora parroquial, destacó por su parte la gran participación de los laicos en la vida parroquial, especialmente de los jóvenes, y muchos movimientos de colegios del sector. Indicó que “la comunidad está muy contenta por estos 65 años de vida parroquial y por la visita del Arzobispo de Santiago”, justo en el día de santa Clara, su patrona.
Ir del tempo a la ciudad como otros Cristos
Monseñor Ricardo Ezzati explicó en su homilía el sentido de los diversos ritos de la consagración del altar de un templo católico, y señaló que la comunidad parroquial tiene que ser “un signo eficaz de la cercanía, de la misericordia, de la bondad, de la acogida, de la palabra de vida que el Señor nos ofrece”. Dijo el Arzobispo que la consagración de un altar pone de relieve algunos contenidos de la fe cristiana presentes en el sacramento de Bautismo, como la unción con el Crisma sobre el altar, “recordándonos que nuestra vida comenzaba a ser semejante a la de Jesús, consagrada por el Espíritu para ser en el mundo otros Cristos”. Lo mismo, dijo, con el revestimiento del altar con manteles, como la vestidura blanca del primer sacramento. Luego, señaló, el signo del cirio, signo de Cristo resucitado. Por último, sobre este altar consagrado el pan y el vino se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, “en ese alimento divino que va transformando nuestra existencia en una existencia semejante a la de Jesús”, afirmó.
Por consiguiente, expresó el pastor, “la consagración del altar no es solamente un rito. ¡Qué pobre sería que quedara simplemente en el rito! La consagración del alatar se transforma en un compromiso personal y comunitario de llegar a ser comunidad y personas que cada vez más nos asemejemos a Jesucristo. La liturgia nos recuerda que el altar es signo vivo de Cristo. Pero el signo vivo de Cristo por excelencia lo somos todos, unidos a nuestra Cabeza, por el sacramento del Bautismo”.
Monseñor Ezzati resaltó también la dimensión misionera que brota del altar consagrado e invitó a los presentes a robustecer la fe y que “venimos de la ciudad al altar, con nuestras miserias y problemas, y venimos también con los problemas y las miserias de nuestros hermanos. Pero desde el altar volvemos a la ciudad con la gracia de la vida de Cristo, que se ha entregado, que nos ha redimido y que salva al mundo”. El arzobispo llamó a los presentes a ir fuera del templo “llevando lo que aquí hemos celebrado, la vida de Cristo, para quienes viven con ustedes, a los niños y a los jóvenes, a los que no tienen esperanza, a quienes, a lo mejor por causa nuestra, han perdido su fe”.
Terminada la homilía, se procedió a los solemnes ritos señalados por monseñor Ezzati para consagrar el altar de la parroquia, con reliquias de la santa. Después de la misa, los fieles se acercaron a besar el altar, como signo de adhesión a Jesucristo.
Luego, monseñor Ricardo Ezzati departió con muchos de los presentes y posteriormente compartió un almuerzo con los sacerdotes de la parroquia, el consejo parroquial y el comité económico, quienes le informaron aspectos relevantes de la realidad pastoral de esta comunidad.
Fuente Departamento de Comunicaciones
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