Se trata de un mes en que la Iglesia promueve con especial énfasis diversas actividades solidarias, entre ellas las Semanas Sociales.
Las Semanas Sociales constituyen espacios de reflexión desde la Doctrina Social de la Iglesia, orientados al análisis y búsqueda de propuestas ante los grandes temas que desafían a nuestra sociedad, a fin de avanzar hacia un desarrollo humano integral. Su realización en nuestro país resulta particularmente relevante, puesto que, reconociendo los significativos avances que ha experimentado la sociedad chilena, se constatan también importantes desafíos, principalmente en materias de equidad social e igualdad en el acceso a las oportunidades de desarrollo.
Historia de las Semanas Sociales
La realización de las Semanas Sociales surge como uno de los tantos frutos de la encíclica Rerum Novarum, del Papa León XIII. Así como en Alemania este documento motivó la creación de los llamados Cursos Sociales, en 1904, en Francia llevó a Henry Lorin y a un grupo de colaboradores a implementar las primeras Semanas Sociales, concebidas como una suerte de “universidades ambulantes”, cuyo objetivo era promover el estudio, la reflexión y la puesta en práctica de los principios de la doctrina social de la Iglesia, promoviendo el compromiso social de cristianos y cristianas. Siguiendo el modelo francés, en los siguientes años comenzaron a realizarse las Semanas Sociales en España, Holanda y Austria (1906), Italia y Polonia (1907), en Bélgica (1908), Lituania y México (1909), en Suiza (1910) y, posteriormente en diversos países de América Latina.
El aprecio de la Iglesia hacia esta iniciativa queda bien reflejado en las palabras de saludo de Juan Pablo II a los participantes de la LXXIV Semana Social de Francia, del año 1999, “Las diferentes Semanas sociales han sido encuentros notables que han contribuido a numerosas transformaciones en la vida pública, y constituyen una hermosa página de la historia del catolicismo social….Han estimulado a numerosos fieles que, mediante su compromiso, han querido vivir los principios en los que se basa la doctrina social de la Iglesia.”
En Chile, las Semanas Sociales adquirieron especial relevancia durante el régimen militar, constituyéndose en uno de los pocos espacios que permitieron el diálogo para reflexionar en torno a la realidad sociopolítica y económica y buscar alternativas para el reestablecimiento del Estado de Derecho y el respeto a la dignidad de las personas. A manera de ejemplo, podemos recordar las VIII Semana Social de 1979 “Nuestra Convivencia Nacional” y la XII Semana Social de 1984 “Hacer País”.
Más recientemente, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile acordaron estimular las Semanas Sociales diocesanas, de manera que se realizaran con temas y fechas comunes, de manera de favorecer su impacto. Con este mandato, el Departamento de Acción Social de la CECh y Caritas Chile han apoyado su realización desde el año 2005. De este modo, un número creciente de diócesis ha venido realizando una profundización de diversos temas relevantes del desarrollo del país, como los cambios en el mundo del trabajo y los desafíos medioambientales, entre otros, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
Se trata por tanto, que estas Semanas Sociales convoquen a diversos actores sociales y ayuden a generar una mirada compartida y esperanzadora, creando espacios de reflexión en torno a temas esenciales del desarrollo de nuestras regiones y del país, para identificar los desafíos de fondo que enfrentamos, así como los grandes sueños y proyectos compartidos, para motivar, finalmente, el compromiso de los participantes con la construcción de un Chile más inclusivo, que otorgue iguales oportunidades de desarrollo a todos sus habitantes.
Fuente: Comunicaciones Mes de la Solidaridad www.mesdelasolidaridad.cl
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